Esta región se ubica en el centro-oeste del país, limitada por las regiones del Noroeste, Chaqueña, Pampeana y Cuyana. Estructuralmente comprende el área de las sierras Pampeanas, aunque se incluye en esta región al sistema de Famatina (varíscico). Como subregiones pueden distinguirse:
- las sierras
- las planicies
- los oasis
La región de los Llanos se caracteriza por la facilidad de las comunicaciones con la zona pampeana y por su escasa altitud. Las depresiones alojan dilatadas salinas como Pampa de las Salinas y Salinas Grandes. En las sierras de Córdoba predominan las pampas, planicies elevadas que se encuentran en las cumbres y en las que aparece el material granítico. La conformación del relieve incide sobre las condiciones climáticas, y aunque toda la región está sometida a los vientos estivales húmedos del Noreste, la distribución de las precipitaciones difiere notablemente, siendo el sistema del Aconquija la zona más favorecida, con lluvias superiores a 1500 mm, presenta cumbres nevadas; numerosos ríos bajan de sus cerros que llevan sus aguas al Salí o Dulce. Hacia el Sur y el Oeste las precipitaciones disminuyen hasta presentar en los campos condiciones de desierto, manifestadas en las salinas y una red de drenaje sin salida al mar. Las temperaturas varían con la altura y la orientación: en los llanos y campos los veranos son muy cálidos, con grandes amplitudes térmicas diarias; en los valles altos las variaciones son menos sensibles y los veranos más suaves. La atmósfera es seca y diáfana y las precipitaciones menores a los 300 mm, pero estas condiciones desaparecen en los faldeos de las sierras orientales. La vegetación presenta caracteres acordes con las lluvias: en las sierras de Tucumán se desarrolla la selva serrana, hacia el Sur en zonas más secas, las faldas presentan montes predominantemente de algarrobo mientras que en las cuestas suele faltar la vegetación. Las palmas y cactáceas predominan en grandes extensiones, encontrándose formaciones puras de cardones. En los valles interiores, la existencia del hombre depende del agua, si es abundante en superficie y el suelo irrigable, surgen los oasis de cultivo; en caso contrario, los puestos de pastores. Pueden distinguirse así tres zonas: la franja occidental, de sequedad extrema, en la que la agricultura carece de importancia y predominan la ganadería extensiva y las explotaciones mineras. La franja central, más favorecida por las lluvias, dispone de numerosas represas y diques; abundan los oasis agrícolas de diversas dimensiones entre los que se destacan: Andalgalá, Catamarca